Control: el nivel hasta donde un individuo se siente capaz de influir sobre una situación adversa de manera positiva, y controlar sus reacciones frente a los acontecimientos. |
toltz desarrolló el perfil de respuesta a la adversidad (Adversity Response Profile) para medir las cuatro dimensiones de la respuesta individual frente a la adversEn esencia, el ARP evalúa las respuestas a una serie de situaciones hipotéticas. Un ejemplo: si su jefe está en desacuerdo con una decisión que usted tomó, ¿hasta qué punto siente que se verán afectadas las demás áreas de su vida?... ¿Las consecuencias de esta discrepancia se circunscribirán sólo a dicha situación?... La gente con bajo AQ suele reaccionar con un sentimiento de impotencia y desesperación que no permite, a posteriori, reconocer que la situación no resultó tan terrible como parecía en el primer momento.
Stoltz denomina a este grupo los desertores (quitters) En cambio, los de alto AQ o escaladores (climbers) mantienen su optimismo y flexibilidad frente a las dificultades, y ponen el foco en lo que pueden controlar y en la manera en que podrían influir positivamente sobre la situación. Los que están en el punto medio - alrededor del 80 por ciento de la fuerza de trabajo, según estimaciones de stoltz- son los que acampan (campers): manejan bien la mayoría de las situaciones adversas, pero todavía no han descubierto su verdadero potencial. Las dificultades los agotan por demás. Si bien los patrones de respuesta a la adversidad están grabados en el cerebro, es posible modificarlos, afirma Stoltz. Tras medir el AQ de más de 100.000 personas y prestar servicios de consultoría a unas 100 empresas, Stoltz está convencido de que los AQs pueden fortalecerse.
Algunos consejos: para mejorar su AQ, empiece por prestar atención a sus reacciones en situaciones difíciles. El simple hecho de percatarse de estas respuestas devela su estilo explicatorio, responsable de iniciar los cambios químicos en el cerebro, afirma Stoltz. A partir de ahí, investigue los hechos, y trate de descubrir qué puede cambiar. Luego, identifique los pasos concretos que le permitirían ejercer un mayor control sobre la situación, o minimizar el alcance o duración de la misma. Entonces, póngase en marcha: muchos cambios profundos empiezan con sólo modificar sutilmente la percepción o la conciencia.